08 septiembre 2007

Funcionarios: en dias como estos

¿Tú sabes algo? Dicen que la van a echar, no se habla de otra cosa. Y ella como si nada, haciendo planes. En el café nos cascamos tres cuartos de hora dale que te pego: me han dicho, yo creo, seguro que no, pues sí que estamos bien, cada vez peor, que se joda el tipejo ese, siempre dando lecciones, parece que han ofrecido el puesto a varios, ese dijo que ni hablar, que él en todo caso quisiera una sinecura, buen sueldo y no más de dos horas al día, pero que chollos así quedan muy pocos hoy en día. Eso es relativo, a nosotras entre recados y cafés y el cumpleaños de cada día con las pastas se nos va la mañana en un voleo. Pues anda que ese otro pájaro, haciendo pasillos y ofreciéndose a todo cristo. Pero ¿tú crees que acabarán largando al que vegeta en canonjías y suministros? No lo sé, no me creo nada, me da igual, total, lo mismo ponen a un cerdo que va de rojeras y tiene carnet de Izquierda Unida pero resulta más trepa, seboso y autoritario. En cuanto llegó el nuevo consejero, y aunque es del partido como todos, dijo: a este y este no quiero ni verlos, que ya sé que son unos maulas que están todo el día viajando e intentando ligar en las reuniones “técnicas” esas que se celebran preferentemente en Canarias o Palma. Pero los tipos no son tontos, tirando de teléfono y de viejas relaciones han conseguido otro chollo. Y el cabrón eterno, qué me dices, pasó unos días horribles porque ya veía aquí a los del tripartito, pero anda ahora exultante, sobrao. Pues a mí me contaban el otro día las administrativas que sueñan con que el jefe vuelva a dar clases, que están hartas de que las trate como a sus chachas. Aunque ya sabes, en el sueldo me engañarán pero en el trabajo no, que no sé qué hago yo aquí perdiendo el tiempo con la de cosas que tengo que hacer en casa. Y como decía Eutimio, no me jodas que soy del partido y ahora mismo llamo a mi amigo, seguro que lo pillo en la sede.

“En España hoy desde luego es práctica rara que a un alto funcionario de nombramiento político se le nombre por su competencia, más bien los criterios básicos son los compromisos y equilibrios políticos, y también las presiones y recomendaciones del candidato y sus amigos. La conveniencia de los gobernados, que depende en primer lugar de la idoneidad del nombrado, es la última de las consideraciones”. (Gabriel Tortella en El País)

1 comentario:

Anónimo dijo...

nueve de septiembre, siete de la tarde ¿cero comentarios?